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Fuente: El Pais

Los ERTEs actúan como salvavidas pero no pueden evitar las grandes transformaciones
La crisis sanitaria nos está poniendo a prueba a todos. El mundo de la empresa está dando un ejemplo de versatilidad y de capacidad de adaptación en unas circunstancias cambiantes que requieren poner la seguridad ante todo y aplicar unos férreos protocolos de seguridad. La pandemia está sirviendo, en la mayoría de los casos, para aflorar lo mejor de nosotros adquiriendo rápidamente nuevas habilidades y capacidades. El teletrabajo nos ha permitido mantener el sistema productivo y los servicios en marcha. Las redes de telecomunicaciones y los servicios esenciales han podido funcionar gracias al esfuerzo colectivo y a la vocación de servicio de muchos profesionales.

Retorno laboral: Un desafío para las empresas

Estamos en una situación excepcional que obliga seguir arrimando el hombro y por eso, el regreso a la actividad tras las vacaciones exige seguir apostando por un esfuerzo compartido, por la flexibilidad y la capacidad de adaptación. La pandemia ha afectado especialmente a los sectores donde la cercanía del contacto humano es más necesario o dónde es más difícil guardar la distancia social. El comercio y la restauración, gran parte del ocio, los servicios personales y, sobre todo, el turismo están viviendo momentos muy difíciles que, necesariamente, obligarán a replantear algunos modelos de negocio. Las medidas puntuales como los ERTEs actúan como salvavidas a corto y medio plazo pero no pueden evitar las grandes transformaciones que se vislumbran en el futuro. Ahora ya no es opcional, la empresa debe transformarse rápida y definitivamente hacia la digitalización.

Tras el paréntesis estival debemos seguir remando juntos y fomentar la capacidad de innovación en nuestro tejido productivo. Durante los primeros meses de la pandemia las compañías potenciaron su capacidad de adaptación para hacer frente a la incertidumbre y este cambio de paradigma ha venido para quedarse. Hay que seguir avanzando por ese camino, con resiliencia, con la fortaleza mental necesaria para sostener de esfuerzos continuados. Las empresas y sus profesionales deben acordar modelos flexibles de producción fundamentados en el compromiso de asumir esfuerzos compartidos.
Actuar (todos) responsablemente es más esencial que nunca, impulsando la innovación, las actitudes disruptivas, la flexibilidad, la digitalización y la conciencia de responsabilidad individual.

Nos jugamos, y esta vez es tópico, nuestro futuro a medio y largo plazo.

Carmen Mur es CEO Mur&Partners